El turismo decreció este año en Cuba, dicen algunas fuentes que hasta un 3.6 % debido entre otras cosas a los altos precios en comparación con similares destinos en el Caribe como Cancún y Republica Dominicana. Se menciona también la baja calidad de numerosos servicios vinculados a la esfera turística como un factor que ha motivado esta baja respecto a años anteriores. Ciertamente el turismo se ha descuidado en Cuba, instalaciones abandonadas, falta de suministros adecuados, una cadena grande de impagos, corrupción, robos y una larga retahíla de fenómenos parecidos han ido corroyendo poco a poco una maquinaria que se convirtió luego de la crisis de los noventa en el motor económico de nuestro país. El tratamiento que se le da al turismo por parte del Gobierno esta enmarcado en políticas que ya fracasaron mas de una vez, el centralismo y la dependencia de un tercer país que le brinda generosos subsidios han ido acabando con la antes floreciente industria del turismo para extranjeros que alcanzo su cúspide a finales de los noventa. Aclaro el término para extranjeros porque los nacionales no podemos ni pensar en alojarnos en un hotel de un balneario o de ciudad debido a una suerte de exclusión degradante que aceptamos como tantas otras cosas.
¿Que pasa ahora? Necesitamos al turismo pero ya no es lo mas importante, tenemos el petróleo de Venezuela y según los nuevos acuerdos mucho mas en los próximos años (1000 millones si mal no recuerdo), otra política errada que de golpe y porrazo podría volver a hundir mas la economía como cuando el derrumbe del socialismo en Europa del Este. Desgraciadamente “los viejos” no aprenden las lecciones de la historia y se aferran modelos fracasados de gestión económica y política.
Hoy salvo los hoteles que manejan las empresas extranjeras (que no escapan a la marejada pero se defienden mejor), los hoteles y redes de servicios de capitales puramente cubanos enfrentan día a día un mar de problemas y dificultades que inevitablemente los llevara a reunirse con la antigua industria azucarera en el basurero de los motores económicos del país.